Se nos reconoce fácilmente en nuestro primer día : nos acercamos agazapados al control, como corderitos que temen lo que se les viene encima. Puede que llevemos aún el pijama de prácticas por el desarrollo de los acontecimientos, y soltemos frases tipo:
- Hola, vengo hoy para aquí, es la primera vez que trabajo (coloretes).
Por lo general aquí se suele producir un silencio incómodo en el que piensas mil cosas, de esos que duran segundos pero parecen horas, hasta que alguien habla:
- Ah vale, puedes dejar las cosas aquí, ven que te cuento.
Gracias! Un poco de comprensión!
Recibes el cambio y no te enteras de la mitad de las cosas. Lo escribes todo porque no sabes la información que puede ser relevante o no, luego ya harás criba. Y ahora?
El alma de estudiante que llevas dentro te impulsa a ir tomando los controles directamente (gracias mentores de prácticas!) pero te das cuenta de que hay ese ahora es el menor de tus queahaceres. Todo ha cambiado, empieza la fiesta.
Lo primero de lo que te das cuenta es de la cantidad de cosas a las que no prestaste atención en la carrera, o las que no te explicaron.
Veréis, durante las prácticas uno intenta absorber lo que puede. Puede que te concentres en cómo cargar cada medicación, en cómo hacer una cura estéril, sondajes, analíticas, vías, glucemias....En general, lo que delegan en ti. Pero qué hay del resto? De las peticiones a farmacia, a banco de sangre, de rellenar los formularios, de las historias, de las pulseras de identificación? Qué hay de los cambios posturales, de las dietas, de las escalas, de los protocolos? De dónde sale todo esto?
Vaya, pues sí que hacían cosas las enfermeras mientras me mandaban a sacar la medicación, tomar los controles y pinchar analíticas. Pues sí que hacían cosas....
Sabéis cuando sois adolescentes y vuestros padres os dan una paga semanal? Pues eso es como estar de prácticas, mientras que trabajar es como ganar un sueldo y administrarlo para criar hijos, pagar hipoteca, mantener un coche, al perro y salvar algo para emergencias. Es hacerse mayor, abrirse a un mundo del que conocías el 20% y del que el 80% restante aprenderás en la trinchera. En tu camino habrá de todo. Puede que te encuentras con la típica enfermera, que de compañera no tiene nada, de :
- "No sé tu sabrás"
- "No os enseñan nada en la carrera?"
- "No tengo por qué enseñar a los nuevos".
Pero tranquilo, son minoría, no les hagas caso. Yo tuve suerte y me ayudaron mucho, me dejé cosas sin hacer e hice cosas mal. Es ley de vida. Lo importante es preguntar, preguntar, preguntar y darlo todo, ser consciente de que estás aprendiendo y de tus limitaciones y hacerlo lo mejor que puedas. No tengas miedo de molestar a los demás, para eso están.
Como decimos en Galicia : paseniño.
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