lunes, 27 de mayo de 2013

Capítulo Random : Pijamas de colores.






 
(Nota: esto es un paréntesis en la historia. El capítulo 3 saldrá en breves. )

 

Ana es la mar de simpática. Me llevo genial con ella. En el trabajo nos compenetramos bastante bien, y
 fuera de él somos amigos. A menudo quedamos para tomar un café e ir al cine. Somos amigos.
 Lo más normal.

O eso creo yo, iluso de mí. Parece ser que no es lo más normal.

 - Oye, tú y Ana os lleváis muy bien no?

- Sí, por?

- No, porque no es...habitual, ya sabes. Ten cuidado.

- Tienes razón, no sé en qué estaba pensando, mira que estudiar medicina...debe estar fatal de la cabeza. 
Pero tranquilo, no creo que sea contagioso.

 Esa es una exageración de algo que ocurre habitualmente entre las paredes de un hospital. Por si el color de
 tu piel, el país del que provienes, tu ideología o tu idioma no eran suficientes, tu profesión se convierte en otro
 motivo de discriminación.
Hablo, como ya habréis adivinado, del odio/resquemor/división entre médicos,  enfermeros, auxiliares,
celadores y demás personal.

 La historia es conocida por todos. Cierto tufillo recorre el hospital dividiendo a los profesionales según la actividad que
 desempeñen. La frustración genera una falsa sensación de superioridad/inferioridad entre todos, de forma que yo te puteo
 a ti, y tú puteas a quien te convenga para liberar esa frustración.

 He denominado a este fenómeno "La cadena del odio" y que os quede bien claro, el mayor perjudicado es el paciente.

 Todo surge de la rivalidad entre médicos y enfermeros. Desde siempre ha existido un resentimiento en la enfermería 
hacia la medicina. Son muchos los motivos que nos han llevado a esta situación, pero principalmente dos:

Uno son los "médicos frustrados" , aquellos que no pudieron estudiar medicina por el motivo que fuese, y terminaron
 en una profesión exigente que no era para ellos.

 Y otro es el aura que han poseído los facultativos en nuestro país desde siempre.

 Siempre han sido los profesionales más respetados, los que nunca se equivocaban y merecían respeto y 
admiración, y sabemos que eso no siempre es así. La enfermería siempre ha estado por debajo en cuanto a
 recibir la gratitud y admiración de la gente , y eso ha pesado. Muchos han contribuído a crear este ecosistema .
 (En la facultad de Medicina de mi ciudad, en la primera clase, se escuchan perlas de tipo : sois la creme de la sociedad, 
estais aquí por ser los mejores alumnos, empezad a asimilarlo).
Eso ha provocado resquemor de muchas enfermeras hacia médicos, considerándolos  distantes, inaccesibles e incluso prepotentes. Se ha ido generando una actitud por mucha gente que perjudica muy mucho el trabajo en un hospital. Con el enorme progreso que ha ido experimentando la enfermería, adquiriendo cada vez más competencias, nos hemos ido “aburguesando” un poco. La visión de nuestra profesión en la sociedad ha cambiado. Se nos valora más, se nos tiene más en cuenta, y eso ha hecho que a mucha gente se le suba a la cabeza.
Ese complejo de superioridad que achacaban a los médicos, han empezado a utilizarlo con auxiliares y celadores, provocando en ellos excactamente lo mismo, dando lugar a La Cadena del Odio.
En mi paso por el hospital he visto de todo: médicos despreciables, enfermeras resentidas , celadores cabronazos….y todo por lo mismo.División! Odio! Fiesta! He llegado a ver 2 salas de estar, una para enfermeras y médicos, y otra para celadores, auxiliares y técnicos. Sí, eso existe, y la cara que se me quedó fue un poema.
Y no lo entiendo. No llego a entenderlo.
Para mí la culpa reside en uno. El primer paso hacia la inferioridad es tu propio complejo de inferioridad. A muchos recibir órdenes de un médico (o de un enfermero) les duele en el alma, y no es más que resentimiento y frustración.
Este mensaje es para ti:
Te consideras más o menos por el número de años que has estudiado? Crees que la escala social y laboral en un hospital debe establecerse según tu nivel académico?
Pues no cuentes conmigo.
Si por haber estudiado menos que tú soy menos, entonces para ti un barrendero (con todos mis respetos) qué es?
Los médicos son profesionales cualificados que dedican media vida a sus carreras para mejorar la tuya, o ayudarte a salvarla. Merecen todo nuestro respeto y dentro de un hospital, los enfermeros debemos fiarnos de su criterio , colaborar con ellos y obedecer sus órdenes, siempre y cuando repercuta en beneficio del paciente. Consensuaremos con ellos los asuntos comunes y daremos nuestra opinión profesional.
A mayores, los enfermeros poseemos un amplio campo profesional, donde contamos con gran cantidad de competencias para mejorar la salud del paciente y de una gran libertad profesional. Hemos elegido una profesión genial y en continua expansión, y necesitamos la colaboración de todos para seguir progresando.
Colaboración, por ejemplo, de los Auxiliares de enfermería y los celadores.
Lo diré una y mil veces, un buen auxiliar de enfermería es tan importante (o más) para un paciente como un enfermero. Me doy cuenta día a día, y te das cuenta especialmente cuando el paciente ERES TÚ.
Si nuestra profesión evoluciona día a día es, gran parte, gracias a ellos, así que dejémonos de gilipolleces.
La altanería no va conmigo. A lo largo de mi corto paso por un hospital he podido aprender mucho de todo el mundo, sea cual sea su profesión. He obedecido cuando era necesario, he dicho que algo no me gustaba cuando así era, he pedido y ordenado cosas y cuando me han tratado mal me ha jodido, pero siempre he tratado a todos por igual. No he tratado a nadie de usted sólo por tener una carrera, ni lo he pedido.
Y de momento me ha ido bien. Es más, he podido formar parte de equipos fantásticos y creo que esa situación toca a su fin poco a poco.
 Así que discúlpame si me importa una mierda el color de tu pijama ;)

miércoles, 22 de mayo de 2013

Capítulo 2: El ciclo de Krebs



Recordáis vuestro primer día de universidad? Universidad!!!! Los mejores años de tu vida!!! Esto es Chinatown!!!
El primer día, o más bien la primera semana, es la de la aclimatación. Aclimatación a esas pequeñas diferencias, y no tan pequeñas.
Pero de dónde sale tanta geeeente? Aquí dan tapas o qué? Pasas de una clase de 20 a una de 80 y claro, te acojonas.
Llega la profesora y te trata de usted. Puede parecer que lo hace por respeto pero todos sabemos que lo hacen para acojonar. Puede que en caso de Enfermería, como es nuestro caso, venga en bata blanca. Tranquilos, es sólo postureo.

“Míreme! Ve mi cara? Es la que le hará irse de Erasmus para aprobar la maldita      carrera!”

Por detrás está el típico iluminado que se confunde Facultades con Universidades:
             
              “Pues en la Universidad de Derecho tienen asientos más cómodos.”
             
              “Joh, la Universidad de Empresariales tienen una cafetería más grande”

Después de una épica charla sobre lo “bonita que es la profesión que habeis elegido” y las bondades de “un trabajo en expansión y continuo crecimiento” comienza la clase.
Y hay que tomar apuntes. Apuntes!!! Y mi librito de toda la vida? Me estás diciendo que voy a tener que estudiar por mi asquerosa e inmunda ortografía? Voy jodido.
Venga, vamos allá, bioquímica.
Ciclo de Krebs.
Habla la profesora y la primera en la frente, frase lapidaria:
“ Bueno, esto os resultará fácil, porque ya lo habréis estudiado en Bachiller.”
Los cojones de Mahoma! Igual estuve demasiado ocupado aprendiendo a identificar un complemento circunstancial de tiempo, pero esto no me suena de nada.
De repente la profesora dice: os he dejado en el programa de la asignatura la  bibliografía recomendada para complementar el conocimiento de la asignatura.
Madre mía. Y qué hago, me los leo todos? Cuáles son más importantes?
(Ahora mismo mi yo presente se descojona de mi yo pasado. Leer la bibliografía, jaja.)

Da igual, tú estás demasiado ocupado tomando apuntes. Es la primera clase, no tienes ni idea, nadie te ha enseñado a discernir entre lo que debes copiar o no, y escribes hasta el número de serie del Powerpoint.
La mañana avanza y entre escaqueos para un café y miradas espontáneas a las guapas de clase, vas descubriendo cosas que te hacen sentir la mar de subnormal.
Ah, con que esa era la diferencia entre venas y arterias!
Qué es una hipófisis? Yo no tengo de eso.
Así que por eso se pincha en dirección al corazón!
Mientras, palabras como "melenas" adquieren un nuevo y perturbador significado, te vas haciendo a la idea de que tendrás que sondar pitos y chirris, y te vas alegrando de la elección que tomaste. Esos desconocidos te acompañarán durante al menos 3 años, algunos serán tus amigos, algunas más que eso, pero todo forma parte del ciclo de Krebs. Perdón, de la vida.

Alguien pasa un papelito, “CENA DE CLASE”.
This has just started.

lunes, 20 de mayo de 2013

Capítulo 1: El fracaso derivado en éxito



Siempre es difícil tomar decisiones, por estúpidas que sean.  Desde cortarte el pelo, hacerte un tatuaje o aprender un nuevo idioma, nos vemos siempre atormentados por la acojonante atractividad de la opción desechada, frente a la monotonía y aparente inutilidad de la que nosotros elegimos. Hice bien? Hice mal? La mayor parte de las veces no importa, pues son asuntos sin importancia.
 Pero hay veces, sólo unas pocas, en las que las decisiones que debemos afrontar marcarán tu vida de alguna u otra manera.
Esta es la historia de cómo el universo, en su hijoputismo más exagerado, te obliga a tomar una de esas decisiones, de las importantes , cuando calzas sólo 17 años. Ésta es la historia de cómo me equivoqué para acertar, de la gran suerte de no tener las cosas claras.
Te encuentras en primero de Bachiller, sin saber lo que quieres hacer de tu vida. Entre coqueteos con el alcohol y escarceos nocturnos los estudios no son muy importantes para alguien que no tiene las cosas demasiado claras. La selectividad parece lejana y difusa, y a ti te la sopla todo.
De repente, un poco por presión social un poco por ganas, estudiar medicina se convierte en un objetivo fundamental, algo que de verdad te motiva, y peleas por ello. Estudias al máximo, lo das todo. 
Pero no es suficiente.
 El primer año de vagancia pasa factura y te das de bruces con tu mayor enemigo en estos casos: “LA NOTA DE CORTE!!” (leer con voz chunguérrima).
El caso es que, después de bombardear a todas las universidades habidas y por haber con solicitudes olvidadas , y no recibir más que palos, asumes que ese “sueño” (por llamarlo de alguna manera) no es posible.
Y cuál es el paso natural? Si medicina no >>>Enfermería.
Debe de ser el peor cliché que arrastra nuestra profesión, y sí, fue mi caso al principio. En un primer momento, mientras rellenaba la solicitud, el apelativo “médico frustrado” revoloteaba sobre mi mente y se cagaba en mi cabeza.
Me pasé ese verano pensando en la decisión que tomé: “Habré hecho lo correcto?” “Me arrepentiré y lo dejaré al primer año?”
Y te acojonas.
Te acojonas porque coño, es tu vida, es a lo que te vas a dedicar la mayor parte de la misma.
Pero ocurrió algo maravilloso.
Y lo que ocurrió fue que entré en la Escuela de Enfermería, y descubrí  una profesión espectacular, una vocación que seguir , algo sumamente gratificante y enriquecedor a todos los niveles. Y lo mejor de todo, conocí a una colección de personas ESPECTACULAR.
Descubrí el gran error que hubiese sido estudiar medicina, y la fortuna que tuve de terminar entre controles, medicación, sueros, quejas, maquinitas pitando, personas y experiencias acojonantes.
Y, como quien no quiere la cosa, la vagancia y el destino me guiaron hacia lo que realmente me gusta. Porque la suerte es tan puta, que viene cuando menos te lo esperas, disfrazando las oportunidades de ostias.

Bienvenidos!

Como dije en su momento, el aburrimiento y las ganas de escribir han parido este blog.
Nah, en realidad ha sido sólo el aburrimiento.
Pero sí, here it is, y pronto tendreis la primera entrada, sobre cómo llega uno a estudiar enfermería.
Permaneced atentos.