lunes, 20 de abril de 2020

Cuando todo esto acabe.





“En los albores de la tempestad...vuelvo a vosotros...”


Gandalf



Hola a todos, espero que estéis bien.

Hace ya más de un mes que todo esto empezó y en mi cabeza aún está por asimilar. Ella intenta restarle importancia, hacerme creer que la situación se solucionará y todo volverá a la normalidad.

Sabemos que lo conseguiremos, pero no cuánto tiempo necesitaremos, ni las consecuencias que acarreará todo el proceso, pero saldremos adelante.

Nos ha tocado enfrentarnos a algo para lo que no estábamos preparados, y nos ha obligado a improvisar. Ha tenido que ser un “bicho” venido de China quien haya destapado (que no creado) carencias en todo nuestro sistema de organización, medios e infraestructura (material y moral.).

En todo este tiempo hemos aprendido a apreciar el aire libre, el valor de la naturaleza, la compañía de cualquier persona (o animal) e incluso del ejercicio. Algunos incluso se han dado cuenta de que disponían de un sistema sanitario digno que vela por su salud, así como de un grupo de profesionales dedicados que se han formado para cuidar de ellos, y han querido agradecérselo. Habéis querido agradecérnoslo, y tengo 2 mensajes para vosotros.
 



El primero es simple: muchísimas gracias, os lo agradezco mucho!

Justo antes de que el virus atacase yo atravesaba por una situación de desánimo con mi trabajo. Las condiciones laborales a las que se nos ha sometido durante años y las perspectivas de futuro disminuyeron considerablemente mis ganas de seguir. Recuerdo que tras terminar un contrato de 2 días mi supervisora en ese momento me preguntó qué tal estaba. No era necesario contestar así que suspiré, la miré y sólo supe decir ; “necesito un descanso”.

Soy un ejemplo claro de las condiciones a las que nos someten día a día, mes tras mes, nuestros gerentes y sobre todo políticos.

He superado los 30 años , acumulo cerca de 500 contratos (la gran mayoría de 1 día) y he trabajado en practicamente todas las unidades que puede tener un hospital.

Vivo pendiente de un teléfono y cada vez que termino un contrato, suena. Se me ofrece “lo que haya” y lo que hay nunca es bonito. Una extensa cantidad de contratos menores de 10 días que estoy obligado a coger , o me sancionarán durante 1 año. Ir día a día, semana a semana. 30 años y no sé si mañana podré ir al cine, si la semana que viene podré ir a comer con mis padres o si dentro de 2 meses podré hacer un viaje con mis amigos. De planes de vida, mejor, ni hablamos.

Empezaré en un sitio nuevo, intentaré aprender a hacerlo lo mejor posible, intentaré relacionarme con mis compañeros y en unos días me iré. Lo que he aprendido se me olvidará, como se olvidarán mis compañeros de mí, y volveré a ser el nuevo.

Empezaré en una planta y me haré cargo de muchos más pacientes de los que debería. Me pasaré una noche entera repartiendo medicación sin poder pararme a hablar mucho con ellos y me iré por la mañana con dolor de piernas, sin acordarme de sus caras y con la sensación de no haber podido prestarles tanta atención como me gustaría, por ser demasiados.

Puede que mañana tenga que ir a Uci y tenga que repasar conocimientos porque hace meses que no voy. Puede que alguna cama esté vacía y un supervisor decida moverme a pediatría por ahorrarse contratar a alguien que sepa, porque “vales para todo”.

Trabajaré noches, festivos y fines de semana, no tendré vacaciones, días libres ni permisos y rezaré para que si algún día enfermo, o me rompo una pierna coincida con que tengo un contrato activo y tenga derecho a baja.

Haré todo esto, o lo hacía, siendo consciente de que mi trabajo era invisible a ojos de los que mandan, a ojos de muchos pacientes incluso, pero ya no, y a eso iba.

Gracias por los aplausos, los ánimos en redes sociales o por la calle, las mascarillas caseras, los cafés y chocolatinas gratis, y , sobre todo, por quedarte en casa. He visto una solidaridad y apoyo a los profesionales sanitarios como nunca antes, me ha reconfortado y me ha hecho recuperar el ánimo y recordar por qué decidí dedicarme a la salud.



Seguiremos.



Segundo mensaje, el más importante.



Más que mensaje es una petición de ayuda y es simple: seguid ayudándonos y apoyándonos cuando todo termine, o los políticos acabarán con nosotros. Ellos son el problema.

Hemos estado durante años gobernados por “personas” que han recortado los fondos destinados a sanidad, privatizado instituciones y comerciado con la salud de la población.

Cada vez nuestras condiciones son peores, se nos carga más de trabajo y se limitan más nuestros derechos, afectando directamente a la calidad de atención a los pacientes.

Ha llegado una pandemia y nadie supo establecer un plan de acción. En mi hospital se nos puso a atender pacientes infectados sin formación , desconociendo totalmente los riesgos del virus, con material defectuoso (o directamente sin material) y sin control . Los trabajadores han tenido que organizarse por su cuenta para sacar el hospital adelante. Diseñar máquinas para esterilizar las mascarillas, aprovechar bolsas de basura para crear equipos de protección...todo vale.

Han pasado cosas muy graves que nada tienen que ver con la falta de medios:

- Se ha puesto a trabajar a personal con mascarillas defectuosas CONSCIENTEMENTE y sin avisarles.

- Han cesado contratos firmados de compañeros porque ya no hacían falta, nos han mandado a casa y los contratos han desaparecido. Ante la presión social, han vuelto a contratar a esos compañeros alegando un error humano, y nos han movilizado por todo el hospital.

- Se ha utilizado personal sin formación en unidades especiales para no pagar , teniendo personal formado en sus casas. De la misma forma se ha intentado que el personal contratado doblase jornada , todo por no contratar personal.



Podría estar así hasta mañana, pero no quiero alargar esto demasiado. Resumamos todo en que necesitamos vuestra ayuda. Cuando vuelva la normalidad, no olvidéis que estuvimos y estaremos aquí. Cambiemos los aplausos en balcones por gritos en plazas, y aseguremos una sanidad digna y de calidad.



Ayudadnos a cuidaros mejor. Parafraseando a Enfermeiras Eventuais en Loita , cuando todo esto acabe:




“Coida a quen te coida”