jueves, 13 de junio de 2013

Capítulo 3: La antesala del miedo

Antes de todo gran paso en la vida de uno existe algo llamado “preparación”. Y cuando hablamos de prepararte para entrar en un hospital hablamos de algo serio. A estas alturas, visto lo visto, lo mejor por parte de nuestros profesores hubiese sido un discurso en plan: “sois la mierda cantante y danzande del hospital” cual Tyler Durden. O bien uno que acojone como el del sargento Hartman en la chaqueta metálica.  Pero no, intentaron enseñarnos, fíjate tú lo que son las cosas.
Para empezar la instrucción práctica has de partir de la base. Los pacientes están en una cama, pues vamos a aprender a hacer y cambiar la cama.
Ah cojonudo, eso lo sé hacer, hace más de un año que no me la hace mi madre.
 Error!
Resulta que hacer la cama de un paciente es un ejercicio de ingeniería milimétrica para el que se necesitan un mínimo de 2 personas,  3 si el paciente es colega de Ronald Mc Donald. Muerte a las arrugas! Ellas son nuestro enemigo!
Bueno, empezamos bien, si esto tiene un procedimiento así, no quiero ni imaginarme el resto.
Prosigamos, paso 2 : la frecuencia cardiaca.
-          ¿Qué es eso profesora?
-        -   El pulso.
-       -    Ah coño…
Y dices que podemos tomarnos la FC en todas esas partes del cuerpo? Uy qué cosas, no sabía yo que tenía tantas arterias. Bueno, esa es la teoría, porque yo creo firmemente que el pulso pedio es un invento de los médicos para irse de pros.
Aprender a tomar el pulso está bien. Adquieres consciencia de tu propia subnormalidad, al ser incapaz de contar latidos en 15 segundos.Multiplicarlos por cuatro mentalmente ya es el modo hardcore.
La práctica continúa con la profesora enseñándonos cómo se toma la tensión arterial, y seamos sinceros, unas clasecillas previas de anatomía no nos habrían venido mal a ninguno, por saber dónde están las arterias, más que nada. Pero bueno, después de colocar el manguito del revés ( a lo ancho y a lo largo), bombear durante media hora sin cerrar la llave del aire, reventarte los tímpanos comprobando el fonendo, y dejar el brazo de tu compañero como un chorizo a presión, consigues oír latido. Total para nada, porque te concentras tanto en el sonido que pierdes de vista el medidor. Da igual, no lo intentes, al principio coordinar rueda de aire, balón , medidor , fonendo y latido es demasiada presión. Relájate y repite el proceso, no te vaya a dar un vahído.
Lo más rico de todo es apuntar  125/85. Jaja, tensiones de 3 cifras, yogurines…  
            


Entonces la profesora dice: chicos, esto es una jeringa . Si tiráis de este émbolo aspiráis, y si lo apretáis expulsáis el líquido.
“Disculpe profesora, creo que me he metido en la clase de retrasados, mejor me voy.”
-          Esto es una bolsa de suero estándar. Y esto un sistema venoso. Todos los sistemas deben ser purgados, pues de lo contrario inyectaréis aire en el paciente, se inflará como un globo, se irá volando y claro, es una movida.
Bromas sobre embolias gaseosas aparte , eso de purgar sueros abre un universo nuevo ante ti. Enchufas el pitorro por donde no es, revientas bolsas, purgas un sistema llenándolo de burbujas, purgas un sistema en el suelo, te lo purgas encima, aprietas la bolsa porque no va y te purgas más encima….pero al final te sale.
Entonces llegamos al momento crítico de la mañana: las llaves de 3 pasos.
Todos sabemos que las llaves de 3 pasos tienen 2 posiciones básicas: la que no funciona y la que lo moja todo.
Yo sé que los profesores lo intentan. En el fondo sé que lo intentan, pero lo que viene siendo capacidad didáctica en estos temas tienen la justita. Hasta que te das de bruces con ellas a diario, las llaves de 3 pasos requieren su práctica.
Las putas llaves de 3 pasos!
Seguimos : Extracciones de sangre.
Quiero agradecer públicamente a los responsables de mi escuela que pensasen en mi formación. Los brazos y culos de plástico para practicar estaban tan tremendamente jodidos que me sirvieron para adaptarme a venas de yonkis y quimioterápicos. Lo del compresor con textura de queso gruyer mejor ni lo comento. 
Además el pompis de prácticas tenía un agujero en medio de glúteo del tamaño de la fosa de las Marianas. Eso es una indirecta para que esquivemos el nervio. Qué majos.
Seguro que todos pasasteis por esto, pero no todos lo hicisteis DE RESACA.
Como he dicho, la preparación para el hospital viene siendo una pérdida progresiva y gradual de la subnormalidad y la torpeza. La poca que te quede se te quitará allí a base de hostias.

Continuará.