miércoles, 16 de diciembre de 2015

A ti, que no quieres enseñar

Puede que seas de esos que piensan que nadie te paga por formar alumnos. Puede que pienses que son un riesgo y una carga innecesarios para ti, que hay profesores asociados a las escuelas de enfermería percibiendo un sueldo mensual por responsabilizarse de una gente que ni siquiera se molestan en conocer. Puede que a ti nadie te enseñase nada y quieras nivelar la balanza kármica, o puede que veas en los nuevos llenos de ganas y energía una amenaza a tu estilo de vida acomodado.
 No voy a meterme en jardines sobre si estamos obligados o no a enseñar por ley, porque depende del servicio de Salud, de si hablamos de la privada....y lo considero irrelevante para lo que nos atañe.
Bien, siendo objetivos, en algunas cosas tienes razón. Por ejemplo en lo tocante a las profesoras asociadas.
Son una figura simbólica elegida a dedo, que adjudican notas aleatoriamente sin palpar el trabajo real de sus alumnos. Ir el último día a preguntar "qué tal los niños" y poner notas no me vale, lo siento. No puedes evaluar a alguien si no compartes unidad con él, y por eso creo que el sueldo que ganan no está justificado.
Abstrayéndonos de legislaciones y burocracias, sólo quería que tuvieses en cuenta un par de cosas:

1- Si no quieres alumnos contigo, dilo, pero no marees. Que los padawans se pongan con quien esté interesado en formarles, en lugar de andar detrás de ti para suplicarte hacer una analítica. Me pasó a mí en la carrera con una persona. Me dijo que ella no se hacía cargo de alumnos y lo hablamos con la supervisora. Como sólo había una enfermera por turno en esa unidad, los días estaba esa persona me quedaba en casa estudiando y no perdía el tiempo.  No me pareció mal en absoluto.

2- La enfermería de momento no es una empresa. Los que hoy aprenden mañana serán tus compañeros, o estarán a tu cuidado si enfermas, lo quieras tú o no.  El karma es jodido y llegará el momento en el que serás tú el que tenga que aprender de ellos. Veremos qué cara te ponen.

3- Un alumno puede ser muy útil en tu día a día. Si inviertes los primeros días en formarlo bien y lo supervisas, podrá quitarte mucho trabajo de encima, estar pendiente de cosas de las que te olvidas o corregir tus errores. Por supuesto hay de todo en la viña del señor, tengo visto cafres a los que no les dejaría ni poner tapones a vías.




lunes, 7 de septiembre de 2015

Somos realmente conscientes del poder que tenemos?

Estos días se está llevando a cabo una protesta en Galicia por parte de los trabajadores del sector lácteo, en demanda de unos precios dignos para su producto. Han llenado la ciudad de tractores, bloqueándola durante todo el día. No hemos podido circular por la ciudad en coche y se ha colapsado el funcionamiento normal de la misma.
Eso me ha hecho pensar en nosotros, reflexionar sobre el poder que tenemos los colectivos sanitarios, y del cual no somos realmente conscientes.
A los enfermeros por ejemplo, que es lo que vivo, nos han masacrado. Nos han despedido, nos han bajado el sueldo, nos han quitado derechos fundamentales como los días de libre disposición y nos han aumentado la carga de trabajo de una forma tan brutal que lo están pagando los pacientes día tras día. Nos están encauzando a la privatización total mientras ellos se llenan los bolsillos con nuestro dinero, que descansa en cuentas suizas.
Han hecho todo eso y les hemos dejado. Les hemos dejado porque todo lo que se ha visto han sido leves y esporádicas protestas, manifestaciones a desgana en las que hemos mostrado más división que unión. Leves, esporádicas y a desgana comparadas con cómo podrían ser si mostrásemos espíritu de grupo.
Pensad por un momento en qué podría pasar si simplemente todos los contratados hiciésemos huelga un par de días. (TODOS). Sólo 1 o 2 días. Que no tuviesen personal suficiente para hacer esas operaciones, que no encontrasen quien cuidase de esos enfermos de UCI, que las plantas no diesen a basto, que se colapsasen las urgencias. Yo os digo lo que pasaría.
El colapso y el nerviosismo sería tal que a los de arriba se les pondrían de corbata y nos concederían lo que les pidiésemos.
Por supuesto no podríamos negar su cuidado a quien realmente lo necesite, no hablamos de dejar morir a la gente, todo con sentidiño.
Veréis qué pronto se acababa esta tontería.

viernes, 4 de septiembre de 2015

El compañerismo en su justa medida

Paco es un paciente de trauma. Se rompió el fémur en un accidente de moto y después de operarse, está en la sala de recuperación post-anestésica. Se muere de dolor y pide calmantes, tiene frío y no le traen mantas, y asoma la tiritona. Pregunta por sus familiares y le dicen que no pueden pasar las familias, que tendrá que esperar para verlos. Son las normas.
Pero al lado está Damián, un chico operado de un túnel carpiano que ha llegado después y está bastante bien. Con él están su mujer y su hija, un par de doctores y las enfermeras. Les han colocado biombos para tener intimidad y le ponen calmantes, le humedecen los labios y le preguntan si necesita algo más. "Debe de trabajar aquí", piensa Paco. Se ve que las normas no son iguales para todos.
A los enfermeros nos dan palos por todas partes. Estamos "puteados" , por así decirlo, por arriba y por abajo. Es lógico que cuando podemos hacernos favores entre nosotros aprovechemos y lo hagamos. Vaya por delante que me parece bien.
Me parece bien que envíes una analítica tuya por el tubo (si la necesitas) porque es rápido. Me parece bien que hables con un adjunto para que te solucione un problema, o incluso evitarte meses de espera.  Que haya precios reducidos en la cafetería o que puedas ver a tus familiares cuando están en sitios donde no se permiten visitas. Pero hay cosas que no me parecen bien.
No me parece bien que por el hecho de ser "hijo de la supervisora" o "primo de un médico" tengas que tener mejores atenciones que los demás. No me parece bien que por llevar pijama tenga que tratarte a cuerpo de rey, con pacientes al lado que se estarán preguntando por qué a ellos no.
No me parece bien la discriminación positiva cuando se lleva hasta ciertos límites. Y lo que peor me parece es el hecho de exigir por ser compañero.
"Yo soy de la casa". Ya, y qué? No te conozco. Te atenderé igual de bien que a los demás e incluso mejor si quiero, pero no vengas exigiendo como si tu quiste anal fuese más urgente que la laparotomía de al lado.
Seguro que lo vivís cada día: si es "de la casa" casi te lo dicen antes que su diagnóstico y su estado.
Escribo esto como opinión personal, no pretendo dar lecciones ni muchísimo menos. Es sólo que, en mi humilde opinión, hay que pensar en los pacientes, en todos. Puede que los favores que les hacemos a unos les sienten como una patada en el culo a los demás, sólo eso.
Si desafortunadamente tengo que ingresar por cualquier cosa no iré por delante con mi puesto de trabajo, no tengo por qué demandar cosas que no me corresponden.

sábado, 22 de agosto de 2015

Capítulo 8 : era mi primerito día

Las vicisitudes del periodo vacacional derivan en que durante el verano muchos enfermeros obtengamos nuestro primer contrato. Me pasó a mi hace relativamente poco y le pasa cada día a cientos de enfermeros. Además, no sé si por la proximidad de las elecciones,  de oposiciones varias, por una mejoría palpable de la situación económica (ojalá sea cierta), o por una combinación de todas, han aumentado mucho los contratos de verano y la gente está trabajando en su primer verano como graduado. Todos pasamos por eso, es tan emocionante como terrorífico.


Se nos reconoce fácilmente en nuestro primer día : nos acercamos agazapados al control, como corderitos que temen lo que se les viene encima. Puede que llevemos aún el pijama de prácticas por el desarrollo de los acontecimientos, y soltemos frases tipo:




- Hola, vengo hoy para aquí, es la primera vez que trabajo (coloretes).

Por lo general aquí se suele producir un silencio incómodo en el que piensas mil cosas, de esos que duran segundos pero parecen horas, hasta que alguien habla:




- Ah vale, puedes dejar las cosas aquí, ven que te cuento.




Gracias! Un poco de comprensión!
Recibes el cambio y no te enteras de la mitad de las cosas. Lo escribes todo porque no sabes la información que puede ser relevante o no, luego ya harás criba. Y ahora?
El alma de estudiante que llevas dentro te impulsa a ir tomando los controles directamente (gracias mentores de prácticas!) pero te das cuenta de que hay ese ahora es el menor de tus queahaceres. Todo ha cambiado, empieza la fiesta.
Lo primero de lo que te das cuenta es de la cantidad de cosas a las que no prestaste atención en la carrera, o las que no te explicaron.
Veréis, durante las prácticas uno intenta absorber lo que puede. Puede que te concentres en cómo cargar cada medicación, en cómo hacer una cura estéril, sondajes, analíticas, vías, glucemias....En general, lo que delegan en ti. Pero qué hay del resto? De las peticiones a farmacia, a banco de sangre, de rellenar los formularios, de las historias, de las pulseras de identificación? Qué hay de los cambios posturales, de las dietas, de las escalas, de los protocolos? De dónde sale todo esto?
Vaya, pues sí que hacían cosas las enfermeras mientras me mandaban a sacar la medicación, tomar los controles y pinchar analíticas. Pues sí que hacían cosas....
Sabéis cuando sois adolescentes y vuestros padres os dan una paga semanal? Pues eso es como estar de prácticas, mientras que trabajar es como ganar un sueldo y administrarlo para criar hijos, pagar hipoteca, mantener un coche, al perro y salvar algo para emergencias. Es hacerse mayor, abrirse a un mundo del que conocías el 20% y del que el 80% restante aprenderás en la trinchera. En tu camino habrá de todo. Puede que te encuentras con la típica enfermera, que de compañera no tiene nada, de :




- "No sé tu sabrás"
- "No os enseñan nada en la carrera?"
- "No tengo por qué enseñar a los nuevos".




Pero tranquilo, son minoría, no les hagas caso. Yo tuve suerte y me ayudaron mucho, me dejé cosas sin hacer e hice cosas mal. Es ley de vida. Lo importante es preguntar, preguntar, preguntar y darlo todo, ser consciente de que estás aprendiendo y de tus limitaciones y hacerlo lo mejor que puedas.  No tengas miedo de molestar a los demás, para eso están.
 Como decimos en Galicia : paseniño.

viernes, 21 de agosto de 2015

Vuelve el blog, y a tope

Hola a todos. Este post tiene unicamente 2 objetivos : pediros perdón por haber dejado el blog abandonado, y prometeros que vuelve, con muchas ganas.
Por motivos de trabajo (afortunadamente) he tenido el blog muy abandonado, eso no puede ser y no va a ser.
Escribiré con más frecuencia y me curraré mucho las entradas para traeros contenido que pueda interesar. Habrá muuuchas sorpresas, así que estad atentos!
Nos leemos por aquí.

jueves, 14 de mayo de 2015

8 cosas que debes saber si pretendes estudiar enfermería:

Se aproxima el fin de curso para miles de estudiantes, la Selectividad y el consiguiente momento en el que debes elegir lo que vas a hacer con tu vida. Quizá algunos de vosotros, ya orientados a las ciencias de la salud o no, tengáis pensado estudiar enfermería, u os lo habéis planteado. Tal vez lo estáis dudando, o lo tenéis como segunda o tercera opción. Me gustaría, con vuestro permiso, daros unos consejillos antes de tomar la decisión:

1. La enfermería y la medicina, si bien relacionadas, son muy diferentes. Puede que esta sea la más importante de todas. Seguramente desde fuera se tenga la percepción de que son disciplinas similares. Bien, a la hora de trabajar, nada que ver. Ten eso presente.
Ah, un consejo personal: entrar en enfermería "rebotado" porque la nota no te llega para medicina es peligroso. Puede que, como en mi caso, descubras que la enfermería era lo que realmente querías, pero puede que seas un amargado toda tu vida, y eso no procede.

2. Poca teoría, mucha práctica. Seamos serios, a nivel teórico no es demasiado difícil. Puede que exista un par de asignaturas que se te puedan atragantar, cuyos profesores dificulten el avance de los alumnos, pero no es de las carreras más exigentes ni muchísimo menos. Lo más duro son las prácticas. Acostumbras a hacer los turnos normales de una enfermera, compartir mucha carga de trabajo pese a estar de prácticas y además for free.

3. De la carrera saldrás sin la más mínima idea de nada. Serás un David contra el Goliath hospitalario. Esto no es culpa de nadie, simplemente las vicisitudes y tejemanejes de un hospital son demasiadas para aprenderlas por muchas prácticas que hagas. Hay decenas de servicios y cambiar de uno a otro te hace empezar de cero.

4. La situación laboral en España es precaria : actualmente la crisis es por todos conocida. La sanidad está mal y la enfermería lo está pagando. Tardarás en recibir contratos y cuando empieces serán lo peor, lo que nadie quería. Los hospitales han reducido drasticamente la plantilla de enfermeras y éstas se ven obligadas a llevar muchos más pacientes. Por suerte, en países como Inglaterra el trabajo sobra y las condiciones son las mismas.

5. La alternativa privada es abundante, pero las condiciones cambian: residencias de ancianos, clínicas de todo tipo, mutuas, campamentos de verano, colegios o incluso hospitales al uso. Oferta no falta, aunque el salario es bastante más bajo que en la pública (igual un 40% menos) y el enchufe suele ser método de contratación habitual. Sin embargo, si lo intentas con ganas puede que tengas suerte.

6. Ser autónomo es practicamente inviable. Otras carreras, como fisioterapia, ofrecen la posibilidad de montarte tu propia clínica y probar suerte. En nuestro caso es más complicado. Hace falta una muy buena idea y mucha suerte.

7.  No es una profesión apta para escrupulosos. Verás de todo y te pasará de todo. Tendrás que pringarte las manos y los sentidos. No nos dedicamos exclusivamente a asear pacientes, pero a veces tendrás que hacerlo. No nos dedicamos únicamente a poner medicación, pero lo hacemos. No somos secretarios, pero a veces tenemos que hacerlo. Somos todoterrenos, hay que saber y hacer de todo.

8. Es una profesión genial. Ayudarás a personas en momentos complicados de su vida a salir de ellos. Sentirás una gran satisfacción y realización personal cuando contribuyas a la curación de una persona. Valorarás mucho más la vida y sus regalos y, aunque tiene muchos momentos malos en los que te gustaría tirar la toalla, vale la pena.