sábado, 23 de noviembre de 2013

Vivir en pijama, capítulo 6: buscando el flow.


 El despertador  destroza mi sueño y me devuelve al mundo real. Como recompensa yo destrozo el despertador contra un muro real. Me despierto a una hora en la que la mayoría duerme.Miro por la ventana mientras me deslegaño. El señor que pone las calles aún no ha venido. El cielo sigue negro, negro como el café que me tomo para afrontar el día que me espera. Me mantengo fáciles 10 minutos mirando al infinito, admirando las formas que toman los Choco Crispies flotando en la taza. Nada tiene sentido.

Café.

Ducha, ropa , cepillo , pasta , colonia , mochila , móvil, llaves , calle , parada , frío , autobús , bamboleo, bostezo , luna , frío , hospital .
Entrañables borrachines estirando el calor de un After amenizan el trayecto al mismo, y me hacen plantearme muchas cosas.
En los vestuarios nos cambiamos todos juntos, la vergüenza es un vicio no permitido en esta profesión.  Se habla del partido de ayer, del  nuevo vídeo friki de turno, de los que salieron ayer porque hoy libraban, de cómo tenemos el día…y fichas, muchas fichas. Campos de fútbol de fichas que, debido a nuestra ajetreada agenda, hay que soltar cuando nos vemos.
De blanco pringao , salimos a patear en los huevos al estrés y el cansancio. Somos el ejército empijamado y estamos juntos en esto. Entramos en planta y cambiamos el chip. Cambiamos las risas por las sonrisas, las bromas por los las ganas y el pasotismo por el interés. Estamos en el otro lado.
Lo primero que haces al llegar a un nuevo día de prácticas es escoger la enfermera que más te explique y aconseje y bla bla bla…..


MENTIRA!

Escoges a la que más te deje hacer, con supervisión y consejo, pues es así como se aprende.
Por llegar un poco tarde, te sueltan la mítica:
-        Venga, que vamos retrasados, he empezado con las analíticas y las curas, te he dejado los controles.
Uy mecachis pero qué considerada! Muy mamable por tu parte.
Qué le vamos a hacer, los controles son el “dar cera, pulir cera” de los enfermeros no? 
-        Y las tensiones a mano, que es más fiable.
Sí hombre! Y eso me lo dice la que monta un campo estéril para luego usar guantes normales.  Perra!
Da igual, son las primeras prácticas y tú dices que sí a todo.
Café.
Poco a poco vas aprendiendo a moverte como pez en el agua. Sacar sangre, poner vías o pautar sueros deja de ser un drama o un galimatías, para convertirse en tu día a día. Se atisban los primeros brotes de tu forma de trabajar. Intentas aprender todas las técnicas, pues cada maestrillo tiene su librillo, para después terminar teniendo las tuyas propias.
Los tapones amarillos, gasas y compresor comienzan a ser inquilinos habituales de tus bolsillos ( y permanentes en tu taquilla). Las tijeras se convierten en uno de tus mejores amigos y descubres la infinidad de utilidades del esparadrapo de papel (bendito sea). No entiendes por qué se guardan en la misma caja los dos tipos de apósitos existentes (los que no se pegan y los que no se pueden despegar). Una colección policromática de manchas de mierda sirven como marcas de guerra en tu pijama, y como tu currículum vitae.
Eres fuerte, cada vez más, y creces. Donde veías un drama, ahora ves un problema por solucionar. Donde veías un problema, ahora sólo ves trabajo y donde veías trabajo, ahora ves aprendizaje.
Café.
En los descansos se comenta la mañana . Para el cerebro, café. Para el ánimo, chocolate. Para todo lo demás, tus amigos. Esas interminables risas en la cafetería de personal con tus compañeros , con los que compartes tanto, son la mejor energía para volver a planta con ganas.
Y el trabajo de espera, toneladas de trabajo. Siempre se acumula cuando vuelves del descanso y algún día le daré una hostia a Murphy por eso. Montañas de sueros se apilan a mi alrededor. Toneladas de medicación me esperan y a veces me siento más como un camarero que como un enfermero. Purgando sueros como tirando cañas, la mañana se pasa volando.
En los pocos ratos de descanso , en los que puedes sentarte en el control, llega la supervisora (Murphy, te debo otra), y se inventa alguna tarea tan importante e imprescindible que si no hay gente de prácticas no se hace.
Pero bueno, se acaba por hoy. El día? No amigos, esto es ENFERMERÍA, tenemos escasas 2 horas para comer y por la tarde a clase.
Bus, hambre, sed, sol, ascensor, casa, olla, agua, pasta, cepillo, pasta, estrés, cansancio, mochila, clase, fichas, cobra, clase, apuntes , estrés, nostalgia.
En una clase llena de columnas que nos tapan la vista, nuestras caras nos delatan y consiguen que los profesores sean benévolos  . Me pasan un papelito: cañas y póker al salir de clase.
A eso de las 11 llego a casa. Sin cenar, sin ducharme y sin haber estudiar para el examen de la semana que viene. No puedo dormir, he tomado demasiado café. El sueño hará presa de mí mañana, pero sabemos cómo se arreglará.
Café.